La Fobia Específica consiste en un temor muy intenso e irracional ante objetos o situaciones puntuales. Decimos que se trata de un temor irracional porque la persona teme a cosas que no representan ningún peligro real.
Así, por ejemplo, los fóbicos suelen tener miedo a los perros, a las palomas, a los subtes o a los ascensores. Ninguno de estos elementos conlleva una amenaza real, por el contrario son todos inofensivos. De hecho, las personas con Fobia Específica generalmente se dan cuenta de lo ilógico de su miedo, no obstante ello, no pueden pararlo.
Las Fobias Específicas pueden transformarse en verdaderos problemas cuando interfieren con las actividades cotidianas. Por ejemplo, una fobia a las palomas puede ser un verdadero tormento si uno vive en una ciudad donde hay muchas de estas aves como, por ejemplo, en Buenos Aires.
En cambio, una fobia a los caballos no plantea ningún problema en las ciudades. Algunas veces, las complicaciones derivadas de la fobia dependen del estilo de vida y actividades que desarrollan las personas.
Por ejemplo, para un estudiante universitario, la fobia a ser evaluado en exámenes es un verdadero problema porque en la facultad las personas deben rendir exámenes muy frecuentemente. Se sabe incluso que la fobia a los exámenes es una de las causas que más abandonos provoca en los estudios universitarios.
Las personas con Fobia Específica se esfuerzan mucho por escapar y evitar lo que temen. Cuando se ven obligadas a enfrentarse, lo hacen con mucho malestar. Así, siguiendo con el ejemplo de la fobia a los exámenes, muchas veces los alumnos se presentan a rendir, pero lo hacen con tanto miedo que esto los bloquea y les impide responder preguntas que sí saben. De hecho, muchos estudiantes reprueban materias a raíz de su miedo y no por no haber estudiado.
Hay varios tipos de fobias, algunas son más incapacitantes que otras.
El tratamiento de la Fobia Específica es de muy buen pronóstico. Casi siempre, comenzamos con la Psicoeducación, es decir, explicándole al paciente lo más importante de su problema. Luego, se enseñan herramientas para manejar la ansiedad en las situaciones temidas, como por ejemplo, la Respiración Abdominal o la Relajación Muscular Profunda.
En muchos casos aplicamos un procedimiento llamado Desensibilización Sistemática, el cual consiste en imaginar las situaciones temidas. El miedo va disminuyendo paulatinamente, hasta que desaparece por completo en la mayoría de los casos. La persona puede estar en presencia de lo que antes temía, ahora sin malestar.
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